Consejos para una vida mejor
La vida es dura. Aceptémoslo. Aunque a veces nos puede sonreír y darnos todo lo que queremos, la verdad es que en muchas ocasiones nos golpea fuerte y nos hace caer y levantarnos de diversas formas. Pero sea como sea, lo importante es disfrutar de este andar y para eso te compartimos una serie de consejos básicos que podes aplicar en tu vida cotidiana y sin mucho esfuerzo, a fin de vivir mejor y en paz con el mundo:
Hacé ejercicio. No significa que vas a ir al gimnasio todos los días o competir en algún deporte, sino de disfrutar que tu cuerpo se mantiene en movimiento y alimentándose de energía. Encontrá un deporte que te guste y practicalo por placer, que tu cuerpo lo agradecerá cuando cumplas cincuenta años.
Comé bien y disfruta de comer. Además de ser un requisito indispensable para la supervivencia, el solo hecho de comer fortalece la confianza en sí mismo y constituye un momento de reflexión en el día agitado que podes tener. Cada comida guarda secretos en su preparación y un mar de sabores. Aprendé a disfrutar de cada bocado, que en otra parte del mundo alguien mataría por eso.
No tengas miedo de preguntar. Se vale ser ingenuo e inocente en la vida, pero si no preguntas la gente asumirá que sabes algo que no, y luego pecarás de ignorante. Cuando no sepas la respuesta a algo, preguntá siempre. Por muy básica que sea la pregunta, no tengás miedo nunca en querer aprender más.
Trabajar para vivir, no vivir para trabajar. Hay quienes pasan toda su vida trabajando para disfrutar de los placeres de la vida, y llegan al final de ésta sin haber disfrutado nada. Recordá que la vida ocurre hoy siempre, y que el ayer y el mañana no existen más que para lo que haces en el presente.
Dormí lo suficiente. Muchos estudios indican que es mejor dormir entre 6 a 8 horas por día, pero la verdad es que nunca vas a sentirte mal si dormís un poco más. Procurá dormir las ocho horas indicadas todos los días y tu mente estará más tranquila.
Apuntá todo. Carga lápiz y libreta siempre. Aunque sea una idea tonta que se te ocurrió mientras comprabas agua helada o bien si te toca apuntar algo interesante que viste o leíste, siempre carga un cuaderno o libreta y un lápiz. Las mejores ideas surgen en el momento más inesperado y valen la pena apuntarlas antes que se nos olviden.
Soñá sin límites. Quién dijo que la vida es sueño estaba cerca de la verdad, porque si soñamos en grande o damos rienda suelta a la imaginación, aumentaremos nuestras capacidades de concretar nuestras ideas. Y detrás de toda gran idea hubo alguna vez un sueño increíble.
Hablá sabiamente. Decí lo que pensás, pero también pensá lo que vas a decir. Es bueno siempre dar tu opinión, pero reflexiona sobre cada cosa que vayas a decir, para no contradecirte con tus acciones luego. Si estás en una conversación en la que no sabés de qué están hablando, mejor no opines. En ese ocasiones, el silencio vale más que mil palabras.
Todo con mesura. Hasta la mesura misma. Es mejor prevenir que lamentar, pero si prevenimos mucho no vamos a disfrutar de la vida. Probá y hacé de todo en la vida y aprendé a reconocer tus límites. Recordá que la vida se vive vivo y en movimiento.
Ama y cuida el planeta. Ahorra energía apagando los equipos que no estés utilizando, cerrá la llave de agua cuando no la utilices, no botes basura a la calle, reciclar, usar la bicicleta o el transporte público son algunas cosas que podés hacer para cuidar el planeta, que es el único que tenemos.
Sonreí siempre y da las gracias. Dicen que pedir perdón es mucho más difícil que dar gracias, y es cierto. Pero mientras no agradezcas por todo lo que viene a vos nunca vas a poder pedir perdón. Ante cualquier detalle y con cualquier persona, siempre da las gracias, y mantené una actitud positiva. Sonreí siempre para romper la rutina que nos agobia cada día.